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Teruel. (Aragón / España). Esta capital provinciana tuvo en su época una importante judería, antes y después de la ocupación por los cristianos. Se sabe que hacia el siglo XIV los impuestos de los judíos representaban la nada despreciable suma de 300 sueldos. Entre ellos figuraban tejedores que llegaron a obtener fama a nivel nacional. Después de la conquista, en 1176, se concedió un fuero a los judíos de esa ciudad, en virtud del cual no tendría legalidad ningún documento que no fuera sellado por el secretario de la comunidad. Sin embargo ese mismo fuero, que sirvió de ejemplo a otras ciudades de la península, disponía que "los judíos son siervos del rey y pertenecen a tesoro real". Cuando se publicó la orden de Expulsión los frailes iniciaron una amplia campaña para convertir a los judíos locales. Se rabino local fue secuestrado y detenido para que los monjes pudieran realizar su labor sin molestia alguna. Según se indica en los archivos municipales de esa ciudad, en una sola mañana se bautizaron cien personas. Los propios consejeros municipales iban de casa en casa para instar a los judíos a que renunciaran a su fe y siguieran viviendo en la ciudad, porque su salida evidentemente causaría grandes perjuicios a Teruel. En ese momento apareció el anciano rabino Shlomó de Albarracín, de donde había sido echado por predicar contra la conversión. Prosiguió su labor hasta que los cristianos también lo echaron de esa ciudad. Mientras tanto parece ser que sus amonestaciones habían convencido a los hebreos, cesaron los bautismos y los judíos se prepararon para salir. La aljama se situaba en los aledaños del Castillo de Ambeles, Portal alto y Castillo de San Esteban, hacia el norte de la ciudad, extendiéndose hacia la hoy llamada calle de Ainsa y Comadre. La calle de la Judería y la plaza de la Judería eran parte del barrio, hasta la plaza de Bolomar y desde ésta por la calle del Caracol llegaba a la Cuesta de San Pedro, hoy llamada calle Harzenbusch. La Sinagoga se levantaba bajo la protección del alcázar, respaldando el actual torreón de o Castillo de Ambeles, está bajo el suelo de la plaza de la Judería. En 1979 se produjo un socavón en este lugar, dejando al descubierto los restos de unas arquerías con sus correspondientes pilares. Entre las ruinas se encontró un fragmento bastante grande de una preciosa lámpara de Janucá en cerámica turolense. Este resto juntamente con otro más pequeño de otra lámpara encontrado entre las ruinas de una casa en la misma plaza, se exhiben en el Museo Provincial, donde también se expone el ajuar funerario hallado en diversas excavaciones realizadas en el cementerio judío, que se encontraba entre la plaza de Toros y la carretera de Alcañiz. No queda resto alguno, ni en las inmediaciones del Castillo y en el Portal Alto ni en la calle de Ainsa, así como tampoco en la plaza de la Judería. Se conserva la llamada casa del Judío, en la que había un artesonado de estilo mudéjar que ya había desaparecido a principios del siglo XX, yendo a parar a un museo extranjero.
Jueves, 25 de abril de 2024 -

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