Izmir, la ciudad turca cuya comunidad judía ocupaba el segundo lugar después de Estambul, por su importancia en la historia del judaísmo turco, ocupó también un lugar muy importante como centro del comercio entre Turquía y Occidente. La ciudad empezó a desarrollarse en el siglo XVI mediante un acuerdo entre el gobierno otomano y las potencias comerciales occidentales de la época, haciendo de Izmir, con su magnifico golfo, el principal puerto para la exportación de los productos agrícolas de Anatolia. El desarrollo de esta ciudad hizo de llamada a muchos judíos que llegaron de ciudades cercanas y de fuera de Turquía, creando una comunidad dinámica y floreciente, durante una gran parte del siglo XVI y también del XVII.