Biografías

Nace en 1539 en la villa de Mogadouro (Portugal), pero sus padres Gaspar y Catalina se trasladaron a Medina del Campo, donde creció Don Luis y sus padres murieron en Benavente. El joven Luis para entonces por la pobreza de los suyos, no fue a la escuela más que hasta los ocho años y no sabía sino leer y escribir. A los doce años encontramos que decidió salir a correr la aventura, su tío, el capitán general de Guinea, Don Duarte de León, lo envió a las Islas de Cabo Verde, Estado Insular de África Occidental, compuesto por el archipiélago de su nombre situado en el Océano Atlántico a 620 km. de la Costa de Senegal. Allí Don Luis de Carvajal llegó a ser, en el curso de los trece años que en ellas residió, tesorero y contador por encargo del Rey de Portugal, su señor. Pasado el tiempo con un pequeño caudal en mano, retornó a su capital Lisboa, y de ahí se trasladó a Sevilla, en donde cabe mencionar existía gran número de judíos que se habían asentado desde el siglo I en Extremadura con la comunidad emeritense que según Abraham Ibn Daud, siglo XII, sostiene que muchos de estos judíos provenían de los judíos deportados por Tito en el año 70 en la destrucción del Templo. Conocido como Don Luis de Carvajal “El Viejo”, para distinguirlo de su sobrino Luis Rodríguez de Carvajal, al cual denominan el “Mozo”, cuya muerte trágica en la hoguera de la Santa Inquisición se convirtió a través de los siglos en figura de leyenda. Casado con Guiomar de Ribera, ferviente judía, hija de Miguel Núñez, factor de la contratación de negros en el río de Santo Domingo (Guinea) por el rey de Portugal, y hermano de Baltasar Rodríguez de Carvajal, de Leonor de Andrada, de Mariana Núñez, y de Catalina León, tío de Isabel Rodríguez de Carvajal Natural de Mogadorio, cerca de Benavente, en el reino y raya de Portugal. Don Luis de Carvajal “El Viejo”, gobernador del Nuevo Reino de León, fue hecho morir en la cárcel debido a rencillas y envidias de alcaldes despóticos que él depuso por su mal gobernabilidad, éstos mismos lo acecharon llenos de celos, envidia y rencor llevándolo bajo falsos testimonios al proceso que le siguió en 1586, mismo año en que el nuevo virrey Márquez de Villamanrique, ignorando el incansable y honesto trabajo de Don Luis, lo hizo transportar inmediatamente a México D.F. cargado de grillos. Era Don Luis de Carvajal de una familia de ascendencia judía radicada en Medina del Campo, en la llanura castellana, entre Valladolid y Salamanca. Hijo de Don Gaspar y Doña Catalina, que de acuerdo a una investigación previa, provenían de las juderías de Tudela de donde brotaron dos grandes luminarias polígrafas: Abraham ibn Ezra, Yehuda Halevy y aquel intrépido viajero del siglo XII Benjamín de Tudela, ilustre hebreo que llevó el nombre de la ciudad de Tudela hasta los confines del mundo. Don Luis tenía un hermano jesuita y un tío que fue capitán en la Guinea y una numerosa familia en Benavente, municipio y ciudad de España, provincia de Zamora, a la cual pertenecía Luis “el mozo” que terminó en la hoguera por fidelidad a su fe. De tal manera los Carvajal quedan estrechamente relacionados con Tudela. Hasta la fecha existen dos poblaciones con el mismo nombre: Tudela. La primera es municipio y ciudad de España, a orillas del Ebro, provincia de Navarra; y la segunda es Tudela de Duero, municipio y lugar de España provincia de Valladolid. Gobernador del Nuevo Reino de León, que al poner pie nuevamente en Veracruz ya contaba con 41 años acompañado de su familia y varios judíos que terminaron estableciéndose en Tampico, Tamaulipas y otros en Pánuco, Veracruz. Subiendo Don Luis con otros a pacificar a los indios de la sierra con su método de no violencia y muerte; sino a través de una justa negociación y acuerdos en la misma lengua y costumbres de los indios que Don Luis conocía ampliamente. Así pues, Don Luis convirtió el Pánuco en su primer cuartel general rodeado de mosquitos y peligros, pero lleno de esperanzas convencido de su visión de pionero inquebrantable. Una vez establecido su cuartel general en Pánuco, desde donde partían las expediciones para apaciguar unos indios montaraces iba fundando poblaciones y a la vez cambiando autoridades despóticas en otros lugares según los derechos de su cobertura de autoridad. En su recorrido para descubrir algún mineral e iniciar su explotación arribó a Cuzcatlán, Saltillo –donde cambió al corregidor y al alcalde de corte–, Fresnillo, Nombre de Dios, Durango, Sombrerete, Zacatecas, Mazapil y otros tantos donde hizo labor de creador y pacificación. Después de varias etapas, arribó a Cerralvo y fundó la Ciudad de León. Una vez en el noreste de México, empezó Don Luis a explotar las próximas minas de San Gregorio y mas tarde tras un merecido reposo en Pánuco salió con dirección al septentrión, en las sierras hostiles, llegando así a un lugar denominado “el Ojo”, mismo lugar donde nació Monterrey, sobre el mísero poblado de Santa Lucía, fundado años atrás por otro aventurero famoso. El caballero Francisco de Urdiñola. De Mogodouro al Nuevo Reino de León arribaron los Carvajal y otras familias de ascendencia judía, las cuales se apegaron a Don Luis en uno de sus viajes a España, pues habiendo vivido en Tampico amasó una pequeña fortuna para tan anhelado viaje a Sefarad (España) en el que deseaba hacer algunas gestiones. Lleno de esperanzas se embarcó en Veracruz en 1578 hacia Sefarad (España) cuya estancia en la Península Ibérica duró un año, durante este tiempo Don Luis como buen Criptojudío hizo cientos de visitas a personajes en las juderías y personajes que estaban en el Poder, pero fue hasta 1579 en que Carvajal tras muchas discusiones en Toledo logra obtener la firma que autoriza su provisión, la exploración y la colonización de la enorme región; región que comprendía desde Tampico en el Atlántico hasta Chametla, en el Pacífico, que es pertinente aclarar, tales océanos no recibían aún estas denominaciones, tal autorización alcanzaba una cobertura desde Saltillo, ya fundado entonces hasta Texas, hoy territorio estadounidense; Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, casi todo Zacatecas, gran parte de Durango, Nayarit, Sinaloa, San Luis Potosí y Chihuahua; lugares donde en la actualidad encontramos folclor sefardita y cientos de apellidos criptojudíos, cuyos territorios representan más de la tercera parte del territorio nacional, literalmente son 700.000 kilómetros cuadrados, que fueron siendo un semillero sefardita a través de los siglos. Es imposible desarraigar a Don Luis de Carvajal del judaísmo sefardita, pues al escudriñar minuciosamente la historia encontramos que la autorización recibida por Don Luis exigía por así decirlo que solo llevase consigo en los territorios bajo su mando a cien familias, a las cuales no se les exigiría las probanzas, que en aquel tiempo era un requerimiento indispensable para conseguir el permiso de embarcación hacia las indias, esta probanza consistía en una demostración muy estricta de que se pertenecía al linaje de “Cristianos Viejos”, en contraposición a los llamados “marranos” por algunos historiadores de origen no judío; “Criptojudíos o Anusim” por conocedores de la historia judaica, el antes mencionado término hebreo en su forma plural “Anusim” proviene del vocablo “Anus”, que significa “Forzado”. De los cuales ascienden hasta hoy los Benei Anusim (Hijos de Forzados) que aún habitan en Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, Texas y otros lugares del País. Don Luis de Carvajal mismo no hubiera podido someterse a tal probanza y logró rehuirla por largo tiempo, quizá por la ayuda de otros criptojudíos que ya habían escalado en altos cargos bautizados bajo nombres cristianos, para salvar sus vidas en la terrible máquina de la Inquisición. Fue uno de los conquistadores más notables de la Nueva España, llegando a ser nombrado en 1579 Gobernador del Nuevo Reino de León, siendo procesado por hereje judaizante por la Inquisición de México y reconciliado en el año 1590. Existen entro otros dos libros sobre su vida: “El Libro Rojo” y “México a través de los Siglos”, ambos del Gral. D. Vicente Riva Palacio, uno de los más cultos y distinguidos literatos mexicanos; Alexander Kohut, de Nueva York, publicó un artículo en el número II de las “Publications of the American Jewish Historial Society”, del año 1903; Mr. C. K. Landis, publicó “Carabajal the Jew a Legend a Monterrey”, Vinaland, N.J. 1894.
Fuente:
Martes, 23 de abril de 2024 -

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